Diario de cuarentena (II): Teoría de juegos

Foto: Benjamin Parry

¿Qué cómo llevais la cuarentena? Yo, pese a que hace unas dos semanas os comentaba que iba bien, tengo que reconoceros que ahora estoy regular. Pero no, no se debe a que la confinamiento me está afectando. Lo que me asquea es la actitud de la gente.

Siempre he sabido que cuando las cosas se ponen duras, la gente saca lo peor de sí mismos, pero verlo confirmado estos días, desalienta bastante. Sí, sé que hay casos dignos de mención de heoricidad y solidaridad, pero la mayoría de historias que se ven (y no hablo de internet, hablo sin ir más lejos de mi propio edificio, mi propia calle o mi propia ciudad) demuestan que la inquina de la gente es mayoritaria.

Y eso me recuerda a cierto artículo sobre teoría de juegos (abajo tenéis los detalles) que ayuda a explicar bastante bien la situación. La teoría de juegos es una rama de las matemáticas que estudia situaciones de competencia. Mi primer contacto con la teoría de juegos vino cuando intentaba programar un juego de ajedrez, pero esta teoría no se utiliza solo en juegos, sino que el término «juego» se utiliza para cualquier situación donde hayan «incentivos» (algo que ganar o perder).

En los juegos partes de la premisa de que el contrario actúa de forma racional racional, es decir, que va a realizar la mejor de sus jugadas posibles (la que le de un mayor beneficio o posibilidad de ganar) y tienes que valorar qué es lo mejor que puedes hacer tú (o tu programa, en este caso). Sin embargo, en la vida de real (y esta situación en particular) vemos que las personas nos comportamos a veces de forma bastante extraña

Y precisamente lo que este articulo parece demostrar, es que el diverso comportamiento humano básicamente se reduce a cuatro tipos de personas (los términos son los del árticulo, como veréis yo los llamo de otra manera):

Envidiosos: El 30% de las personas pertenecen a este tipo (el más numeroso). Son aquellos que no les importa tanto su propio beneficio sino que no queden peor que los demás. Es decir, si tienen que elegir entre a) que ellos ganen un poco y otros mucho o b) que todos estén en la mierda, van a elegir siempre la segunda opción. Unos cafres, vamos.

Optimistas: 20% pertencen a este grupo. Básicamente buscarán el mayor beneficio asumiendo que los demás buscarán el bien común. O sea, lo que buscan es cómo te la pueden meter doblada. Tramposos o aprovechados los llamaría yo.

Pesimistas: Otro 20%. Estos asumen que nadie va a buscar el bien común, por lo que su objetivo es reducir su pérdida lo más posible. Visto los visto, yo casi los llamaría realistas.

Confiados: El útimo, con otro 20%, siempre buscara el bien común. Y sí, en este caso, el término parece bastante acertado.

Queda 10% restante, que el estudio los clasifica como indeterminados, que muestra un comportamiento en apariencia aleatorio sin un criterio claro.

Visto esta clasificación no es difícil indenficar los individuos o actitues que estamos viendo estos días: los sargentos de balcón que insultan a quien ven en la calle sin conocer su circustancia (cómo puede ser que ese salga y yo no), los que avisan a los sanitarios que no vayan a su casa cuando termina su jornada no vaya a ser que pongan en peligro al edificio (y que si lo hacen les denunciarán a la justicia), los que se saltan la cuarentena para ir a la playa, los que acaparan supermercados… y así un largo etcétera.

Yo no tengo claro a cuál pertenezco. Siempre he peleado por el bien común, pero soy perfectamente consciente que la mayoría no es así, así que me debato entre pesimista y confiado. Pero viendo que el resumen es que al 70% el bien común se la trufa, que el 30% va a ir a joderte para que no seas más que ellos y el 20% quiere aprovecharse de ti, lo que sí me resulta duro a veces es educar a mi hijo en que sea un buen ciudadano, en vez de decirle que le parta la cara al primer niño que se meta con él o que cuando sea mayor se compre un rifle y se haga un pequeño bunker en casa, por si las moscas, que igual es más útil.

Por si alguien tiene interés en el artículo, se llama «Humans display a reduced set of consistent behavioral phenotypes in dyadic games» de los investigadores Julia Poncela-Casasnovas, Mario Gutiérrez-Roig, Carlos Gracia-Lázaro, Julian Vicens, Jesús Gómez-Gardeñes, Josep Perelló, Yamir Moreno, Jordi Duch y Ángel Sánchez.

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