
Desde niño, siempre me han fascinado los trabajos de M. C. Escher, especialmente sus arquitecturas imposibles y sus mundos imaginarios. El hecho de que muchos de mis textos incluyan algún aspecto de paradoja o de (ir)realidad alternativa es, en parte, a causa de su influencia. Trasladar esta idea a mis trabajos de fotografía era un paso sencillo y bastante predecible.
La foto que os traigo hoy es mi primera aventura en ese terreno. Se trata de un triángulo de Penrose, un objeto imposible que pese a servir de inspiración a Escher para algunas de sus ilustraciones no es obra suya, sino una creación original de Oscar Reutersvärd.
Dejar una contestacion