Flores furtivas

Foto: Abel Laborda. Marzo 2016.

Una particularidad que tiene Murcia es que su huerta se encuentra a escasos metros de abandonar el caso urbano. Es por tanto, relativamente sencillo, acceder a este particular entorno lleno de matices a caballo entre la naturaleza y la acción humana.

Aunque la región tiene un clima en su mayoría mediterráneo, se encuentra en una zona de transición hacia el clima semiárido por lo que comparte una interesante característica con este último y es que, apenas llueve un poco, se desatan multitud de procesos de floración.

Coger la bici, en primavera o principios de verano, tras un día de lluvia y recorrer sus caminos es, sin pretenderlo, adentrarse en un universo particular de multitud de pequeñas flores silvestres, que, furtivas, se abren camino entre los planificados huertos, desafiando una vez más la pretensión humana de modelar a su antojo (cuando no destruir) la naturaleza de su entorno.

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